25/6/15

¿Por qué Rusia compra dólares para fortalecer el rublo?




El Banco Central de Rusia ha empezado a comprar dólares para reponer sus reservas de divisas. Se trata de cantidades relativamente pequeñas, unos 100-200 millones de dólares al día. Según los expertos consultados, estas adquisiciones están dirigidas a estabilizar el rublo, ya que un tipo de cambio demasiado bajo cuestiona los planes estatales para reemplazar las importaciones.



Concretamente, el Banco Central adquirió 181 millones de dólares el 13 de mayo y al día siguiente, 200 millones. “Tomando en cuenta que las ventas diarias de moneda son de unos 5.000 millones de dólares, unas adquisiciones de 100-200 millones no deben tener un impacto significativo sobre la dinámica del mercado de moneda”, declara Dmitri Bedenkov, de IK Russ-Invest.
Según él, ahora hace falta contemplar los planes del Banco Central como un agente que realiza intervenciones verbales. La institución reguladora espera que el mercado entienda que no está interesada en el fortalecimiento de la moneda.
“Actualmente observamos una situación de cierta estabilización en la política exterior y una dinámica más o menos estable de los precios del petróleo. Además, combinado con las intervenciones anteriores, el rublo se ha fortalecido hasta tal punto que las importaciones se avivan, lo que frena el crecimiento económico de las fuentes internas”, explica Alla Dvoretskaia.
Al mismo tiempo el fortalecimiento del rublo amenaza a los intereses de los exportadores, antes que nada de materias primas, lo que repercute en el presupuesto, ya que los ingresos de petróleo y gas suponen más del 50 %.
“El fortalecimiento excesivo del rublo tiene una serie de consecuencias negativas para la economía. A las empresas orientadas a la exportación les conviene un rublo barato. Es aún más importante para las empresas que no exportan materias primas, sino productos de alto valor añadido”, declara Ilyá Balákirev, analista de UFS IC.
Además, explica que los precios de determinados productos en los mercados mundiales, incluyendo el sector de metalurgia, han alcanzado su mínimo a largo plazo, y en unas condiciones de un rublo caro, los exportadores se encontrarán en una posición aún más complicada.
Estas prácticas del Banco Central contradicen la decisión de establecer un tipo de cambio flotante para la moneda rusa, medida que se aprobó en noviembre del año pasado. “La reanudación oficial de adquisiciones regulares de moneda extranjera en el mercado interno, a primera vista, es un paso atrás en la realización de la transición al tipo de cambio flotante, establecida por el propio Banco Central”, señala la profesora de Economía, Alla Dvoretskaia.

Según ella,  las intervenciones de compra de divisas para fines específicos a principios del año pasado y el posterior cambio a una política menos intervencionista, hicieron que se desplomara dramáticamente el tipo de cambio del rublo, debilitado también bajo el impacto de factores marcoeconómicos y geopolíticos.
“A causa de esta situación, el Banco Central ha conservado su derecho a intervenir de manera no regular. Lo hará solamente en caso de una amenaza a la estabilidad financiera”, agrega Dvoretskaia. 
No obstante, según la economista, 'el juego para hacer descender' el tipo de cambio debe ser un paso táctico; lo que es estratégicamente importante es orientarse en aumentar el prestigio de la moneda rusa, su competitividad y capacidad adquisitiva.
“Cuando el Banco Central intentaba combatir con el desplome del rublo durante la segunda mitad del 2014 gastaba miles de millones diario, lo que no ayudaba mucho. Lo que importa es dar señales que tranquilicen a los especuladores de moneda extranjera”, dice Ilyá Balákirev. Según los diferentes expertos, si estas señales son sistemáticas e inequívocas, tendrán una influencia más positiva que la propia compra de moneda extranjera.




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